domingo, 26 de septiembre de 2010

El caso Heidi... Ufff!!!



1.- Elevación de la frente.
2.- Aumento de los labios.
3.- Botox en la frente, área de las cejas y mejillas.
4.- Cirugía la nariz.
5.- Reducción de la barbilla.
6.- Liposucción en el cuello.
7.- Aumento de busto.
8.- Liposucción en la cintura, caderas y muslos.
9.- Aumento de nalgas.

Una lista de operaciones así sólo es concebible en una mujer maltratada por la vida, por los años, por las deudas o hasta por el clima. Pero no en alguien de 23 años, que es la edad que tenía Heidi Montag cuando pagó para que le hicieran todo eso en un solo día, diez horas bajo el bisturí.

Heidi Montag es una de las estrellas (bueh... no sé si se pueda decir tanto) de The Hills, show reality de MTV que transmitió hace poco su última temporada. Es un personaje realmente atemorizante, pero no porque sea fea ni malvada, sino por lo tooonta!!! Y créanme que no exagero.

Después de que se transformó –muchos piensan que lucía mejor cuando era una chica natural–, su mamá le reclamó lo que se había hecho, que era innecesario y que había puesto su vida en peligro. Ella sólo atinó a decir: “Mamá, ¿tú sabes a cuántas personas le están abriendo el cerebro en este instante?”.

¿Dónde queda la ética de un médico que acepta hacerle todos esos procedimientos a una veinteañera que no necesitaba mejorar absolutamente nada? ¿Sólo por el dinero se arriesga en Beverly Hills la vida de cualquiera? ¿La Asociación de Médicos de Estados Unidos no dice nada al respecto? Basta una simple evaluación psicológica para darse cuenta de que ella lo que necesita es un par de neuronas bajo esa cabellera rubia.

En una entrevista que le hicieron al cirujano que la atendió, Frank Ryan, él alabó “la inteligencia” de Heidi, porque ella había descubierto que no había “bombas sexys veinteañeras en Hollywood y se había propuesto llenar ese nicho”. ¿Qué tal?

Ahora resulta que Heidi no aguanta el tamaño de busto que le colocaron (es el segundo agrandamiento) y quiere que la devuelvan a su talla anterior. Pero tiene miedo, porque el Dr. Ryan falleció hace poco en un accidente de tránsito. “Él conocía muy bien mi cuerpo”, se lamentó.

Aparte de toda la controversia por el aspecto físico, esta rubia estaba casada con Spencer Pratt, su novio de bachillerato y un patán de altura que le tenía prohibido escuchar radio y ver televisión “para que no se contaminara”. Ahora se están divorciando y hay rumores de que la joya que tenía de marido negoció un video XXX por 5 millones de dólares en el que se notan claramente las diferencias del cuerpo de Heidi antes y después de la cirugía.

Por si fuera poco, la pareja está arruinada porque gastaron millones de dólares en el lanzamiento de ella como cantante el año pasado, sin ningún éxito. ¿Habrá quién recuerde su actuación en el Miss Universo 2009, en las Bahamas, cuando ganó Stefanía Fernández? No creo.

En fin, ahora la chica dice que quiere apartarse de Hollywood e irse a vivir a Costa Rica.

Definitivamente, si Heidi vuelve a abrir la boca el robot de Pérdidos en el espacio gritará "peligro, peligro, peligro"

jueves, 2 de septiembre de 2010

¡Hay que ser caradura!

No hay duda de que la fotografía que publicó el diario El Nacional en su primera página el pasado 13 de agosto era grotesca, sí, grotesca... Tan grotesca como la situación que le toca vivir cada fin de semana a medio centenar de familias en las puertas de la morgue; tan grotesca como las cifras de hechos de violencia que hoy en día nos ubica entre los países más peligrosos del mundo; tan grotesca como la impunidad que nos agobia; tan grotesca como nuestra realidad...

Pero, por muy escabrosa que haya sido la publicación de la imagen, ¿no fueron más escabrosas y sinsentido las carcajadas de Andrés Izarra en CNN dos días antes, cuando otro venezolano emitía su opinión sobre la situación de inseguridad del país?



Esas risotadas del ex ministro de Comunicación e Información y presidente de Telesur resultaron como una bofetada para las más de 15.000 familias que el año pasado perdieron un ser querido a manos del hampa. Unas risotadas nerviosas que trataban de ocultar una verdad que está a la vista de todos.

Respeto es lo mínimo que debería mostrar Izarra ante todas las víctimas de la ineficiencia gubernamental para controlar el problema de la inseguridad. Ya basta de echarle la culpa a la cuarta república, son once años de gobierno en los que no tienen ningún resultado positivo que mostrar en este sentido.

Ante el escándalo que generó la imagen de la morgue con los cadáveres apilados, salió el Gobierno en defensa de los niños, niñas y adolescentes del país que se pudieron ver afectados con la publicación. “Es algo asqueroso”, vociferaban por todos sus medios, que no son pocos. Inmediatamente, la Fiscalía, la Asamblea, el Cicpc, la Defensoría del Pueblo... Todos expresaron su indignación y abrieron una averiguación, pero mientras tanto decidieron prohibir noticias y fotografías de sucesos. Es decir, por fin lograrían que sólo viéramos “el país de las maravillas” que nos quiere vender el diario oficialista Vea.

Ahora bien, ¿dónde estaban los protectores de los niños, niñas y adolescentes el 18 de agosto, cuando arrancó la transmisión en vivo de La Hojilla desde el sector Cuatricentenario del Barrio Carpintero de Petare? De todos es sabido que ese programa se transmite a partir de las 11:00 pm y que por su lenguaje sólo puede ser calificado Tipo D de acuerdo con la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. Peor aún, ese día acompañaba a Mario Silva el aspirante a diputado Jorge Amorín, es decir, el contenido del espacio no era otro que hacer campaña política en la zona. ¿Entonces?

Sumado a esto, en la juramentación de los patrulleros del PSUV en el 23 de Enero, el lunes pasado, el Presidente enseñó a un niño a hacer uno de los gestos con los que simboliza la destrucción de la oposición (alzar los brazos y darle puños a la palma de la mano derecha).

¿Y los defensores de la Lopna?¡Hay que ser bien caradura!