jueves, 2 de septiembre de 2010

¡Hay que ser caradura!

No hay duda de que la fotografía que publicó el diario El Nacional en su primera página el pasado 13 de agosto era grotesca, sí, grotesca... Tan grotesca como la situación que le toca vivir cada fin de semana a medio centenar de familias en las puertas de la morgue; tan grotesca como las cifras de hechos de violencia que hoy en día nos ubica entre los países más peligrosos del mundo; tan grotesca como la impunidad que nos agobia; tan grotesca como nuestra realidad...

Pero, por muy escabrosa que haya sido la publicación de la imagen, ¿no fueron más escabrosas y sinsentido las carcajadas de Andrés Izarra en CNN dos días antes, cuando otro venezolano emitía su opinión sobre la situación de inseguridad del país?



Esas risotadas del ex ministro de Comunicación e Información y presidente de Telesur resultaron como una bofetada para las más de 15.000 familias que el año pasado perdieron un ser querido a manos del hampa. Unas risotadas nerviosas que trataban de ocultar una verdad que está a la vista de todos.

Respeto es lo mínimo que debería mostrar Izarra ante todas las víctimas de la ineficiencia gubernamental para controlar el problema de la inseguridad. Ya basta de echarle la culpa a la cuarta república, son once años de gobierno en los que no tienen ningún resultado positivo que mostrar en este sentido.

Ante el escándalo que generó la imagen de la morgue con los cadáveres apilados, salió el Gobierno en defensa de los niños, niñas y adolescentes del país que se pudieron ver afectados con la publicación. “Es algo asqueroso”, vociferaban por todos sus medios, que no son pocos. Inmediatamente, la Fiscalía, la Asamblea, el Cicpc, la Defensoría del Pueblo... Todos expresaron su indignación y abrieron una averiguación, pero mientras tanto decidieron prohibir noticias y fotografías de sucesos. Es decir, por fin lograrían que sólo viéramos “el país de las maravillas” que nos quiere vender el diario oficialista Vea.

Ahora bien, ¿dónde estaban los protectores de los niños, niñas y adolescentes el 18 de agosto, cuando arrancó la transmisión en vivo de La Hojilla desde el sector Cuatricentenario del Barrio Carpintero de Petare? De todos es sabido que ese programa se transmite a partir de las 11:00 pm y que por su lenguaje sólo puede ser calificado Tipo D de acuerdo con la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. Peor aún, ese día acompañaba a Mario Silva el aspirante a diputado Jorge Amorín, es decir, el contenido del espacio no era otro que hacer campaña política en la zona. ¿Entonces?

Sumado a esto, en la juramentación de los patrulleros del PSUV en el 23 de Enero, el lunes pasado, el Presidente enseñó a un niño a hacer uno de los gestos con los que simboliza la destrucción de la oposición (alzar los brazos y darle puños a la palma de la mano derecha).

¿Y los defensores de la Lopna?¡Hay que ser bien caradura!

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