En estos tiempos revueltos, la nostalgia se apodera de uno y nos hace recordar cosas que en su momento parecían imposible de desaparecer de nuestras vidas.
Quién hubiera imaginado, por ejemplo, que un día no veríamos más la señal de RCTV; que el país dejaría de volcarse a la celebración del aniversario de Acción Democrática, con torta y mariachis incluidos; que el Topo Gigio no mandaría más a los niños a-la-camita a-la-camita; que no veríamos más las enormes colas del 5 y 6 los domingos en la mañana; que Aquiles Nazoa, Arturo Uslar Pietri o José Ignacio Cabrujas ya no estarían más en nuestras pantallas; que ya no tendríamos que buscar espacio en las gavetas para los enormes rollos de pelo; que cada diciembre no nos reiríamos con Las Gaitas de las Locas; que bailar dejaría de ser un asunto de dos para convertirse en un "perreo" y que en las fiestas dejaríamos de lado la música de Billo's para escuchar a Daddy Yankee, Tito El Bambino, Don Omar y otras cosas por el estilo...
En mi niñez, todo esto hubiera sido inconcebible, pero el mundo cambia. Siempre compartí aquello de que uno debe seguir adelante y jamás enfrascarse en que todo tiempo pasado fue mejor... Pero, qué sabroso es recordar... ¿Verdad? Aquí les dejo uno de esos detallitos, que en estos días precisamente llegan a mi mente con una mezcla de sentimientos.
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